Historia de los Pug
Se dice que el Pug tuvo su origen en China, desde donde pasó a Japón y más tarde a Europa. En China existe, desde hace mucho tiempo, una raza canina llamada Happa, que podría ser el antepasado del Pug, existen pruebas de su existencia hasta el año 663 a.C. La palabra «pug» o «pugge» era también un término cariñoso, aunque puede que también derivara de «Puck», lo que evoca imágenes shakesperianas de una cara traviesa. En algunos países europeos, el Pug sigue siendo conocido con el nombre de «Mops», que procede de la palabra holandesa Mopshund. La raza en China En China, los perros eran frecuentemente tratados casi como miembros de la realeza, e incluso a algunos se les conferían títulos. Eran celosamente vigilados y muchos disponían de sirvientes que les cuidaban y procuraban que dispusieran de todas las comodidades. Por ello, el Pug era poseído, principalmente, por el círculo de la corte o por los miembros de las clases gobernantes y, con frecuencia, estos perros eran tratados como objetos preciosos. Antes de llegar a Occidente, el Pug era popular en Rusia. Se dice que la zarina Catalina la Grande de Rusia tenía un gran número de Pug y de loros en una misma habitación. El Pug llega a Inglaterra Un nieto de Guillermo I de Nassau era Guillermo de Orange, y llegó a Inglaterra con su mujer, María, en 1688, para ocupar el trono inglés. Junto con la pareja vinieron muchos Pug. Cada uno llevaba un lazo naranja en torno a su cuello para denotar que pertenecían a la casa real de Orange. Esta raza pronto encontró aceptación en Inglaterra, donde fue conocida como el Pug holandés, aunque más tarde el nombre que se utilizó con mayor frecuencia fue el de Pug o Pug-dog. En la Gran Bretaña dieciochesca el Pug se puso muy de moda no sólo en la corte, sino también entre la gente con un cierto rango social. La reina Victoria, que era una gran aficionada a los perros y tenía Pug, además de perros de muchas otras razas. El príncipe de Gales regaló un Pug llamado Bully a su esposa, la reina Alejandra, antes de partir hacia un viaje por la India. Por supuesto, la reina Alejandra también era muy conocida por su afición a los perros y mostró un gran interés por los certámenes caninos de belleza, actividad crecientemente popular, especialmente entre los propietarios de Pug. Pug Negros En 1877, el color negro fue considerado como un color «nuevo» en esta raza. Siempre se ha debatido acerca del origen de los Pug negros de Lady Brassey, quien exhibió algunos ejemplares de este color en la exposición canina de belleza de Maidstone en 1886. Uno de ellos era Jack Spratt, que puede que hubiera sido adquirido por Lady Brassey durante su corto viaje a China.
El Pug en el arte Muchos artistas han incluido al pequeño y encantador Pug en sus cuadros y, gracias a ellos, contamos con un buen indicador de los ejemplares en cada época. Goya retrató algunos hermosos ejemplares de esta raza, y a partir de ellos podemos decir que su calidad era alta en España. William Hogarth (1697-1764) era propietario de un Pug. Su Autorretrato es muy conocido y muestra al artista con su perro. También incluyó a Pug en otros retratos y cuadros de familia.Carlino - Pug Reingale es otro artista conocido por pintar animales y que retrató al encantador Pug en sus obras. Muchos libros antiguos de perros incluyen grabados de esta adorable raza, aunque no todos ellos han sido apreciados por los aficionados al Pug. Aunque existen otros muchos retratos dignos de mención, Blonde and Brunette, pintado por Charles Burton Barber en 1879, es uno de mis favoritos y muestra a una joven dama absorta en su libro mientas su Pug descansa cómodamente apoyado sobre su brazo. La porcelana de Meissen, o la de Dresde, es también famosa por sus figuras de Pug. Los perros tienen unas poses maravillosas y reales, como por ejemplo rascándose o unos cachorros mamando de su madre. Ciertamente, el Pug debe encontrarse entre las razas más populares plasmadas en porcelana y en otros objetos coleccionables. La mayoría de los del siglo XVIII alcanzan precios muy altos e incluso los del siglo XIX son cada vez más escasos. A veces se ven piezas de porcelana en las que los Pug tienen las orejas cortadas y muchos llevan campanillas en sus collares, lo que hace que resulten todavía más encantadores.